La saliva como método diagnóstico de los cambios en la concentración de inmunoglobulinas

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A. Belmont-Molina
E. García-Moreno
T.A. Muciño-Pérez
N. Mendoza-Aguilar
T. Sánchez-Estrada

Resumen

La saliva es un líquido claro, algo viscoso, alcalino, que contiene un 95% de agua, un 3% de sustancias orgánicas y un 2% de sales minerales (grandes cantidades de iones de potasio y bicarbonato, y menos de iones cloro y sodio). La salivación está regulada completamente por el sistema nervioso. Las Inmunoglobulinas son proteínas anticuerpo altamente específicas que son producidas en respuesta a antígenos específicos. Los anticuerpos o inmunoglobulinas son producidos por los Linfocitos B en su forma unida a la membrana. Este anticuerpo unido a la membrana constituye el receptor de antígenos de la célula B. Los Linfocitos B secretan anticuerpos sólo tras su diferenciación, inducida por la interacción del antígeno con el anticuerpo de membrana de este tipo celular. La IgA es la inmunoglobulina predominante en la saliva y secreciones intestinales en forma de IgA secretoria, la mayoría se produce como resultado de una síntesis y no del torrente circulatorio. La IgG es producida y secretada por las células plasmáticas del bazo, los ganglios linfáticos y la medula ósea. Es la inmunoglobulina de mayor concentración en la sangre, por lo que desempeña la función más importante en los mecanismos de defensa mediados por anticuerpos.

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